Cómo estimular la psicomotricidad en niños a través del juego

Cuando hablamos de psicomotricidad o psicomotricidad fina nos referimos a aquellos movimientos del cuerpo que requieren de una mayor destreza y habilidad sobre todo de manos y brazos. La psicomotricidad también ayuda a que el pequeño, sobre todo a partir del primer año de edad, empieza a aunar una mejor coordinación tanto visual como manual.
Acciones tan comunes como coger objetos, dar palmas y jugar son esenciales para el desarrollo de la destreza y la inteligencia del niño en este sentido. Cabe tener en cuenta que el desarrollo de la psicomotricidad se produce normalmente conforme crece el niño y que la identificación de alguna deficiencia debe consultarse rápidamente al especialista o pediatra para evaluar la situación real del pequeño. Por ello, estimular la psicomotricidad a través del juego debe ser algo fundamental para un correcto crecimiento del bebé, tanto en casa como en el cole.
Actividades para desarrollar la psicomotricidad
Hay muchas maneras de ayudar a que nuestro pequeño la desarrolle ya sea con nuestra ayuda, a través del aprendizaje o por si solo como por ejemplo tocar palmas siguiendo un ritmo concreto, girar las manos con los puños cerrados y luego con los dedos extendidos, mover las manos en diferentes direcciones, imitar con manos y pies los movimientos de los animales, abrir y cerrar los dedos de la mano, primero simultáneamente, luego alternándolas, tocar el tambor con los dedos, con la mano cerrada, sacar los dedos uno detrás de otro empezando por el meñique, lanzar objetos para intentar dar en un punto, enroscar y desenroscar botes, atar lazos, barajar cartas, modelar con plastilina…
Todas estas actividades nos van a ayudar a que nuestro bebé desarrolla la llamada psicomotricidad fina sin ningún problema, algunas le llevarán más tiempo que otras pero en principio esto no debe alertar al padre o educador. Pero veamos cuáles son los juguetes más idóneos para complementar este aprendizaje…
Juguetes de madera para desarrollar la psicomotricidad
Existe un amplio catálogo de juguetes que ayudan a los más pequeños a seguir evolucionando de una manera natural la psicomotricidad fina. Éstos siempre dependerán de la edad de los más pequeños para que sepamos elegir de una forma correcta cual juguete es el más acertado para el niño.
Por ejemplo juegos como estos, de pegar con el martillo los bloques, estimula la destreza. El niño aprende cómo coger el objeto, dónde acertar al pegar el golpe, cómo repetir dicha acción y sobre todo estimula la inteligencia ipso facto pensando cómo podrá pegar más o menos fuerte para lograr su objetivo.
También los juegos de mesa de pegar con el martillo son un básico para los bebés. A las ventajas nombradas anteriormente, añadimos la seguridad que garantizan estos juegos, su atractivo visual repleto de colores que les incita a jugar con ellos y la propia diversión que genera en los más pequeños ante el ruido y los sucesivos golpes.
A partir de dos años encontramos juguetes de madera que estimulan la psicomotricidad y la destreza un poco más complejos como los laberintos con un lápiz imán. Un juego que consiste por medio de su lápiz imán llevar cada bola a su mismo color a través del plástico transparente de su superficie. Una manera de estimular también su inteligencia y conseguir que el bebé aprenda a lograr sus objetivos de una manera acertada.
¿Quién no recuerda el juego de la Jenga? Un juego que nunca pasa de moda, y que han usado niños generación tras generación. Podemos estimular a niños algo más mayores mediante este entretenido juego que consiste en cada jugador en su turno tiene que coger un bloque y colocarlo en una posición más arriba. Así el juego se va complicando cada vez más hasta que algún jugador se le cae la torre formada y por tanto pierde la partida.
Como vemos, tanto con juguetes de madera como juegos con las propias articulaciones, el niño aprende a desarrollar su psicomotricidad de una forma correcta y sin problemas.