La península de Kenai, la maravilla de la remota Alaska
Alaska es el estado más al norte de los Estados Unidos y se encuentra separado del país por Canadá. Su posición geográfica le hace merecedora de un gran entorno natural y salvaje, de temperaturas destacadamente bajas durante buena parte del año y de grandes montañas con una biodiversidad única.
Dentro ella, destaca sobremanera un microcosmos único conocido como la Península Kenai. Se encuentra en la costa sur de esta región, en el mismo golfo de Alaska y ocupa una extensión de 240 kilómetros desde las impresionantes montañas de Chugach, al sur de la ciudad de Anchorage. El primer explorador que osó en recorrer este abrupto y gélido territorio fue el navegante ruso Gerasim Izmailov en el siglo XVIII, fecha de donde data su primera cartografía (1789).
La península de Kenai es una de las más húmedas y lluviosas de toda Alaska, lo que le ha permitido desarrollar una vegetación y agricultura abundante. En ella destaca una flora envidiable y, sobre todo, enormes glaciares que hacen que a ella lleguen un buen número de turistas durante buena parte del año. Y es que la sucesión de bellas y pequeñas localidades en este punto de Alaska es todo un lujo para la vista.
En ella destacan las montañas de Kenai, que llegan a alcanzar los 2.130 metros de altura. Cubierta de imponentes glaciares, esta cadena montañosa se encuentra dentro del parque nacional de los fiordos de Kenai (Kenai Fjords National Park). Por otro lado, su interior, con un relieve mucho más llano pero igualmente atractivo donde destacan un buen número de bonitos lagos como el Bear, Skilak y el lago Tustumena. Entre sus ríos, el Kenai -famoso por su familia de salmones-, el Anchor y el Kasilof.
Visitar la península Kenai en Alaska es deslumbrarse con el campo de hielo Sargent y el Harding, en la costa oriental, y que provocan numerosos glaciares, el paisaje más típico de esta zona del país. Y es el turismo, los paseos en barca y la agricultura, el modus operandi de sus vecinos (aparte de las reservas de petróleo y carbón, de la que también es conocida esta zona del Planeta).
¿Qué hay que visitar en Kenai? Sin duda, bellos paisajes como el que ofrece la ciudad de Seward, que recibe el nombre en honor al secretario de estado norteamericano que compró Alaska a Rusia en 1867 por solo cinco céntimos la hectárea. Tres décadas más tarde se descubrió oro en la zona y los rusos lamentaron la venta.
También la localidad de Homer, epicentro de la venta y el consumo de mero y famosa por su lengua de tierra de 8 kilómetros llamada The Split. Halibut Cove, a la cual solo puede llegarse en barco y donde apenas viven unos cuantos pescadores y Soldotna, otra maravilla visual de Kenai en el extremo norte. Sin duda, una sucesión de verdes y helados paisajes que merece la pena descubrir en una de las zonas más bonitas de Alaska.