Save the Children ha estado trabajando durante la noche del lunes para dar mantas y ropa de abrigo a miles de refugiados en Grecia y Macedonia que se han quedado bloqueados después de dejar Idomeni para intentar cruzar la frontera.

Las terribles condiciones en el campo de Idomeni, donde las familias han permanecido atrapadas durante semanas después de que se cerrara la frontera y la falta de opciones alternativas han llevado a unas 4.000 personas a intentar cruzar un río para llegar a Macedonia. Los profesionales de Save the Children en Idomeni han sido testigo de cómo las familias recogieron lo poco que tenían e intentaron cruzar, muchas con niños a las espaldas.

Las autoridades de Macedonia comenzaron adevolver a la gente en camiones a Grecia por la noche, bajando a niños tiritando, mojados y desorientados de vuelta al otro lado de la frontera. Después de viajar todo el día les llevaron de vuelta al campo de Idomeni en medio de la noche.Algunos se desmayaron en la carretera y necesitaron atención médica en el pavimento y los que consiguieron volver al campo pasaron la noche al raso y con lluvia. Unas 600 personas permanecieron bloqueadas al otro lado del río.

"Después de semanas esperando en condiciones cada vez más terribles, las familias se han ido pensando que ya no tenían nada más que perder. Han preferido meterse en un río peligroso con frío, cruzando hacia un futuro incierto, que quedarse en un limbo que les pueda devolver al mar Egeo", denuncia Tanya Steele, personal de Save the Children en terreno.

Las impactantes escenas que vimos anoche son una consecuencia directa de la vergonzosa respuesta de los líderes europeos a esta crisis, que tratan a la gente como moneda de cambio y les deja abandonados sin ninguna opción de futuro. El plan europeo de migraciones que está sobre la mesa pone a los niños en peligro, obligándoles a buscar alternativas más peligrosas y convirtiéndoles en blanco fácil de las redes de trata.

Save the Children exige a los líderes europeos que establezcan rutas seguras para los que buscan asilo, incluyendo la reunificación familiar, el pilar básico de cualquier respuesta europea a la crisis. Los refugiados, muchos de los cuales han huido de Siria, Irak y Afganistán, tienen el derecho a que se evalúen sus solicitudes de asilo de forma individual y las devoluciones en masa suelen vulnerar este derecho.

La ONG tiene en marcha un espacio seguro para los niños y una zona para madres en Idomeni y ha entregado miles de chaquetas, mantas y chubasqueros a las familias. También hemos distribuido más de 16.000 comidas para niños, embarazadas y madres lactantes.