El Centre del Carme presenta la primera muestra de Fátima Calderón reivindicando la capacidad creativa de todas las personas
El Centre del Carme Cultura Contemporània inaugura la muestra 'Phllowers y Severinni', la primera exposición de la artista Fátima Calderón (La Puebla de Cazalla, Sevilla, 1986). La exposición se enmarca dentro del programa 'Cultura en pie de igualdad' del Consorci de Museus en colaboración con la Asociación In-Arte, un proyecto que reivindica la capacidad de todas las personas a ser creativas.
La exposición de Fátima Calderón, comisariada por Alegría y Piñero, tiene su origen en el taller de arte del Centro Ocupacional de La Puebla de Cazalla (Sevilla), del que es usuaria.
En este taller que Alegría y Piñero han desarrollado también en València, a través de la convocatoria del Consorci de Museus, 'Lugar común', Fátima ha encontrado un lugar donde seguir profundizando en su proyecto, iniciando una labor de investigación y definiendo las líneas evolutivas de estos personajes hasta detallar su genealogía.
La necesidad de concretar y visualizar una imaginación desbordante empuja a Fátima Calderón a iniciarse en el dibujo de manera autodidacta en su adolescencia. Desde el 2002, la artista se centra en un solo proyecto basado en la creación de variaciones de un único personaje, mezcla de hombre y antílope, llamado Marcos.
Esta figura, siempre masculina, estilizada, de color negro, con largos cuernos y nariz puntiaguda, se despliega en un amplio catálogo de variaciones. Aunque todos se llaman Marcos, cada uno tiene apellidos diferentes y una personalidad propia.
'Phllowers y Severinni' es la primera exposición individual de la artista. Una selección de sus dibujos y una videocreación de animación, sobre la vida de dos familias concretas, la familia Phllowers y la familia Severinni, ofrecen al espectador la posibilidad de asomarse a su singular mundo.
El director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, ha inaugurado esta mañana la muestra acompañado por la presidenta de la Fundación In-Arte, Pilar Ortí, por los comisarios de la exposición, Alegría y Piñero, y por la artista, Fátima Calderón.
Pérez Pont ha destacado "la precisión en el dibujo de Fátima Calderón así como su gran imaginación capaz de crear todo un universo en torno a la búsqueda de la identidad". "A través de la convocatoria 'Lugar común', de producción artística en centros ocupacionales en la que han participado artistas como Alegría y Piñero, tenemos la oportunidad de descubrir el trabajo de creadoras con diversas capacidades como Fátima Calderón, impulsando su proyecto y visibilizando su obra, desde hoy al alcance de los visitantes del Centre del Carme", ha señalado.
También ha recordado que "nuestro deseo es convertir el Centre del Carme en un altavoz, una plataforma de visibilización para lograr la igualdad real de todas las personas".
'Phllowers y Severinni' es un intento por comprender mejor su propio imaginario, la artista se esfuerza por generar una coherencia espacio temporal que soporte su ficción. Pero su forma de trabajar, donde lo concreto queda definido mucho antes que lo general, esquiva una lógica narrativa. Así sus personajes habitan simultáneamente pasado y presente.
Otro aspecto que potencia la extrañeza del personaje, es la naturalidad con la que habita en una realidad reconocible. Fátima no ha creado un contexto aparte donde viven estas criaturas: Marcos se define desde el entorno histórico, cultural y religioso que ella conoce, pero donde los seres humanos parecen haber desaparecido por completo o no haber existido nunca.
Alegría y Piñero han explicado que "el proceso creativo de Fátima se aleja de una planificación conceptual al uso que la distancia de la escena de la ilustración o el cómic. Su vivencia del proceso creativo resulta abrumadora, pues aun siendo consciente de que las imágenes que crea surgen de su invención, percibe su obra como un ente vivo que tan solo puede expresarse desde el ejercicio del dibujo".
Por último, los comisarios del proyecto han destacado que "lo minucioso de su trabajo la somete a un ritmo pausado. Es en este espacio de concentración donde Fátima imagina mientras traza. Ella misma afirma que no inventa, sino que descubre en el dibujo esa otra vida que se esconde tras la línea. La necesidad vital de proyectarse y comprender el mundo a través de ese otro ser, define su obra como un proyecto de vida".