Cómo levantar y acostar a personas mayores de forma segura
Cuidar a una persona mayor requiere de una gran responsabilidad y el dominio de algunas técnicas que, por un lado, le proporcionen la mayor calidad de vida posible y que, por otro, eviten accidentes o daños físicos, tanto para el anciano como para el propio cuidador. Aunque a priori levantar a un anciano pueda parecer una función sencilla y exenta de dificultad, lo cierto es que puede convertirse en una fuente de riesgos. Si este tipo de movimientos y esfuerzos no se llevan a cabo correctamente en el contexto cotidiano a largo plazo pueden generar problemas de salud. A continuación, compartimos contigo algunas de las cosas que deberás tener en cuenta para desarrollar esta función de forma efectiva. Si quieres saber como levantar a una persona mayor de la cama, presta atención a las siguientes indicaciones. ¡Toma nota!
Aspectos que deberán tenerse en cuenta a la hora levantar o acostar a un anciano de forma efectiva
A la hora de levantar a un anciano de la cama es importante tener presente algunos condicionantes. Por un lado, el cuidador debe tener conocimientos sobre el grado de limitación que presenta el asistido. Tener constancia de la situación en que se encuentra permitirá adaptar los esfuerzos y los movimientos a sus capacidades reales para impedir que el anciano realice sobreesfuerzos o comprometa su seguridad. Además, también es necesario tener conciencia de las capacidades que el cuidador tiene y tomar las medidas oportunas como, por ejemplo buscar ayuda adicional, en caso de que el anciano pese demasiado o no poder llevar a cabo los movimientos necesarios con plena seguridad.
Mantener una comunicación fluida y clara será fundamental para que la persona que necesita asistencia colabore en un contexto de seguridad. Además, antes de iniciar el proceso es necesario adoptar una actitud de predisposición, paciente y ejecutar los movimientos con la máxima delicadeza. Para levantar peso el cuidador debe asegurarse de que ha tomado las precauciones necesarias para evitar cualquier tipo de lesión o una posible pérdida de estabilidad.
Es recomendable buscar un punto de apoyo y colocar una silla para que el anciano pueda sentarse sobre ella. En el caso de que necesite de silla de ruedas para llevar a cabo sus desplazamientos, ésta deberá ubicarse tan próxima a la cama como sea posible.
Para realizar el proceso conviene seguir los siguientes pasos. Deben tenerse claros antes de ejecutar los movimientos porque, de lo contrario, pueden incrementarse las posibilidades de que se produzca un incidente:
En primer lugar, el cuidador deberá pedir a la persona mayor que se posicione bocarriba. En caso de que su grado de movilidad sea muy reducido, deberá prestarla ayuda para posicionarse correctamente.
El siguiente paso será colocar un brazo rodeando el cuello y los hombros y otro por la parte intermedia de las piernas. Para incrementar la estabilidad la persona inmovilizada podrá sujetarse a la nuca del cuidador.
Tras comprobar que hay una correcta sujeción, se iniciará un suave desplazamiento hasta girar su cuerpo y posicionarlo en el borde de la cama hasta dejar sus pies colgando. Cuando se haya posicionado, el cuidador deberá prestarle ayuda para colocar correctamente los pies sobre el suelo.
A la hora de ponerle en pie deberá sujetarle por la espalda o la cadera e iniciar un movimiento de elevación.
A continuación, el cuidador deberá sostener a la persona inmovilizada por la cadera y hacer un desplazamiento para ponerle en pie de forma lenta y sostenida. Para evitar cualquier tipo de molestia, deberá permanecer a su lado y asegurarse de que se encuentra bien y de que no ha sufrido ningún episodio de mareos o pérdida de equilibrio. En el caso de aquellas personas que requieran de una silla de ruedas ésta deberá colocarse cerca del borde y ayudarle con un movimiento ágil y sentarse sobre ella. De este modo, incorporarle para ponerle en pie será más sencillo.
El procedimiento para acostarle es similar aunque, lógicamente en orden inverso. Con la máxima delicadeza, una vez que la persona inmovilizada haya sido lavada o después de que su ropa de cama hayan sido cambiadas, el cuidador deberá:
Valorar la actitud o la predisposición que la persona inmovilizada tiene para colaborar durante el proceso de encamado.
Tener en cuenta su complexión y su peso.
Llevar a cabo un proceso de planificación antes de ejecutar el levantamiento.
Solicitar asistencia o colaboración por parte de otra persona en caso de que existan riesgos de que se produzca un incidentes.
Brindar acompañamiento de una forma empática a la persona mayor y permanecer junto a ella como un firme punto de apoyo.
Sostener al paciente con firmeza y seguridad, así como cuidar la higiene postural para prevenir lesiones.
Ejercer mayor fuerza con los brazos para descargar el impacto que los movimientos puedan tener sobre la espalda.
Evitar doblamientos excesivos de la columna vertebral y encamar a la persona inmovilizada con el máximo cuidado.