De arena fina y dorada y con una longitud de 1.800 metros, la Playa de la Malvarrosa es uno de los emblemas de la capital del Turia. En verano está a rebosar de locales y turistas tomando el sol y bañándose en su trocito de Mediterráneo. Y en invierno, tanto ella como su paseo marítimo, son un buen reclamo para aquellos que quieren dar un paseo y relajarse lejos del centro de la ciudad.

El origen del nombre de la Playa de la Malvarrosa

Sin embargo, muy pocos conocen quien bautizó con este nombre a nuestra playa más urbana. Tampoco tenemos que retroceder tanto en el tiempo para comprobarlo, solo a la primera mitad del siglo XIX.

Por aquel entonces, un jardinero francés que ejercía como jardinero mayor del Botánico decidió revitalizar una parte de la costa valenciana algo maltrecha. Compró 361.526 metros cuadrados de terreno, de los cuales 110.800 estaban en el término de Valencia, concretamente lo que en futuro sería la zona de la Malvarrosa y el resto de Alboraia para5 rehabilitar la zona.

Robillard utilizó varias especies vegetales, sobre todo grandes cantidades de "geranium odoratissimun", es decir la popular malva-rosa. Mientras, Robillard dividió su propiedad en tres grandes áreas: su casa de la calle San Rafael, la fábrica de esencias y la de jabón. De hecho, la actual avenida de la Malvarrosa toma su nombre de la finca que se hizo construir allí y en torno a la cual crecería años más tarde el actual barrio de la Malvarrosa.

Este botánico, que cuenta desde hace relativamente poco con una plaza en su memoria, también levantó la que fue la primera fábrica de esencias establecida en España y la primera de jabones tocadores y perfumería establecida en Valencia.

Estaba situada entre la actual plaza de Vera y la avenida de la Malvarrosa y aparte de producir malvarrosa también produjo artemisia, nardos, verbena y aceite de almendras, entre otros productos. Llegado a obtener un gran reconocimiento en la Exposición de Paris de 1867.

Robillard, que llegó a ser jardinero jefe de los Campos Elíseos de Paris se formó en el Institut Horticole de Fromont y en el Jardín de Plantes de la capital francesa donde también estudió el botánico Cavanilles. Murió el 30 de septiembre de 1888 a los 76 años y se encuentra enterrado en el Cementerio del Cabanyal.