Las Naves acogen el taller 'Buenos días chicos, ¿qué tal está el agua?' el 25 y 26 de febrero

«Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez mayor que nadaba en dirección contraria. El pez mayor les saludó con la cabeza y les dijo: «Buenos días, chicos. ¿Qué tal está el agua?». Los dos peces jóvenes siguieron nadando. Por fin, uno de ellos miró al otro y le dijo: «¿Qué demonios es el agua?».»

Cuando me piden como ahora desde Cine por Venir compartir en una sesión mi forma de trabajo, qué cosas hago o pienso antes de apretar el botón de la cámara, etc. me acuerdo de esta vieja historia de los dos peces. Creo que la moraleja más inmediata de este cuento podría aplicarse al cine: las realidades que nos rodean, las más obvias, son muchas veces (quizá por eso mismo) las que más nos cuesta ver/percibir. A menudo, viendo una película con amigos o en nuestra propia casa preguntamos: «¿Has visto ese plano?». «¿Cómo? ¿Qué plano?» suele ser la respuesta.

En cierto modo la función del lenguaje (del cine) es ser invisible o, mejor dicho, imperceptible. Significante al tiempo que transparente. No vemos cine pensando: «Un primer plano. Ahora un plano lateral. Uy, mira, un travelling, etc.». Esto sería agotador (y probablemente estúpido).

Y sin embargo hay momentos en ciertas películas y ciertos cineastas -nuestros favoritos finalmente- que nos hacen sentir y tomar conciencia del medio en el que nos movemos: el plano, el encuadre, el fuera de campo, el silencio, el corte. A través de la belleza de sus formas, de los caprichos del lenguaje, de sus contradicciones, etc., estos cineastas nos hacen ver, en definitiva, el privilegio que supone, como los peces en la historia, habitar y flotar plácidamente en ese medio (el cine). Dicho de forma muy resumida, para mí la práctica del cine consiste en una celebración del lenguaje a través de un ejercicio placentero de síntesis.

El problema -o al menos el que yo enfrento como cineasta-, es cómo concretar hoy día ese ejercicio de espíritu celebrativo, hacerlo en medio del magma audiovisual contemporáneo en el que habitamos, un continuum de imágenes y sonidos que se parece cada vez más a ese vecino o familiar con incontinencia verbal: cuantas más palabras utiliza menos significan para nosotros. O ese político que de tanto decir «democracia» vacía de sentido el término. Se han desdibujado (¿desgastado?) contornos y sentidos del lenguaje y es en este in crescendo audiovisual multiplataforma en el que cientos de voces luchan de forma descarnada por captar un poco -los restos- de nuestra atención, donde el cineasta intenta crear, tener una voz propia (audible), existir.

Un camino posible, el que intentaremos recorrer en este taller con algunos ejercicios y a través de algunas experiencias prácticas, es el de la observación, la escucha, el estudio en detalle del entorno y de nosotros mismos. Intentar encontrar de esta forma aquello que hace único e inimitable (y universal al tiempo) ese espacio, esa persona, ese gesto que queremos capturar. A través de dos ejercicios (uno a realizar dentro del aula, otro después de las sesiones), intentaremos alcanzar el máximo posible de sentido y emoción con el mínimo de elementos cinematográficos. Pocos planos, no muchas palabras, apenas cortes: limitarse a lo esencial es el reto, «para que así cuando digamos piedra, árbol u hombre sepamos lo que es».

ELOY ENCISO CACHAFEIRO

Se graduó en Ciencias Ambientales en Barcelona antes de estudiar cine documental en la EICTV-Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba. Tras su primer largometraje, Pic-nic (2007), estrena Arraianos (2012) en el Festival de cine de Locarno. Esta película tiene un amplio recorrido por festivales, obteniendo premios a la mejor película en Sevilla, Barcelona y Buenos Aires. Su trabajo en la frontera de géneros y formatos cinematográficos se ha exhibido también en museos y centros de arte como el MoMA o el Museo Reina Sofía. En la actualidad prepara su próximo proyecto titulado Longa noite.

ORIENTADO A:

El taller está abierto a todos los públicos. Para realizar la parte práctica el alumno/a debe contar con una pequeña cámara o, si no cuenta con ella, un teléfono móvil o aparato que grabe imágenes.

FECHAS: 25 y 26 de febrero

HORARIO: de 10 a 14h

COSTE 20€