La belleza de la Gran barrera de coral
Dicen de ella que puede ser observada desde el cielo y que es, también, el animal más grande del mundo. 2.600 kilómetros formados por una gran cantidad de colonias de corales que conforman el mayor arrecife de coral del mundo y uno de los espectáculos naturales más bellos de todos los tiempos.
La Gran barrera de coral es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde hace más de tres décadas. Más de 34 millones de hectáreas situadas en el mar del Coral y que albergan a casi 2.000 especies diferentes de peces, 5.000 moluscos, 125 tipos de tiburones, 200 especies de aves, 17 clases de serpientes de mar, una gran cantidad de tortugas marinas, ballenas, delfines y animales en peligro de extinción como la ya casi invisible tortuga verde o el original dugongo, similar a los manatíes. Algunos de estos animales pueden vivir hasta 50 metros de profundidad y no acercarse nunca a la superficie.
Países como Australia, Nueva Guinea y Papúa Nueva Guinea tienen la suerte de ser los más cercanos y poder avistarla con más frecuencia, también su gran zona de arrecife protegida por el Parque Marino de la Gran Barrera de Coral. De ella se dice que es el equivalente de la selva del Amazonas pero en el plano oceánico y a su alrededor puede presumir de poner a disposición del turista enormes y pintorescas islas tropicales con playas de arena dorada y bañadas constantemente por el sol.
El prestigioso navegante y explorador británico, James Cook fue el primero que la divisó en la inmensidad del océano Pacífico en 1768. El barco en el que viajaba quedó seriamente dañado y su expedición tuvo que demorarse casi siete semanas, mientras se reparaba en las playas de la actual ciudad de Cooktown. Pero desde aquel año hasta nuestros días, la situación de la Gran barrera de coral es bien distinta. La contaminación, la pesca indiscriminada y el calentamiento global son, cada vez más, un peligro para la subsistencia de este espectáculo de la naturaleza.
Las cada vez más frecuentes tormentas tropicales provocan la pérdida de hasta el 48% del total del coral existente, muy sensible a los cambios de temperatura. Y el avance de las estrellas del coral, que se alimentan de ésta, continua consumiendo la gran barrera. Parar su avance es esencial para que la Gran barrera de coral avance casi un 1% cada año y no retroceda. El objetivo, seguir pudiendo disfrutar de una de las zonas más bellas del planeta.